Mesoterapia y lactancia

Mesoterapia y lactancia

En el tratamiento de mesoterapia, las mujeres en lactancia no se consideran candidatas aptas para recibir el tratamiento. Aún cuando estudios demuestran que los fármacos que recibe la madre pasan en un porcentaje muy pequeño al lactante no se ha estudiado la farmacodinamia de la mesoterapia para las madres que dan pecho a sus bebes. Aquí algunos factores que debes considerar sobre los medicamentos en general y la lactancia:

  • La mayoría de los medicamentos pasan a la leche materna – pero generalmente en cantidades muy pequeñas (menos del 1%)
  • Es seguro continuar con la lactancia materna cuando se toma la mayoría de los medicamentos. Si cualquier medicamente ofrece información insuficiente sobre sus riesgos, es posible utilizar uno diferente en el que se ofrezca más información.
  • Puede ser difícil encontrar información sobre la cantidad de medicamento que pasa a la leche materna, aparte de lo comúnmente disponible en textos médicos.
  • La edad del bebé puede ser importante a la hora de decidir si es seguro para la madre que amamanta tomar algún fármaco. Un bebé prematuro puede no ser capaz de hacer frente a la exposición de drogas, en comparación sería más seguro si se le da a un bebé nacido a término. Un bebé de más edad es probable que tenga sistemas eficientes para desintoxicarse de cualquier droga que alcanzó a través de la leche materna.
  • El valor de la lactancia materna continua es generalmente más importante que la necesidad de un medicamento en particular.

Hay excepciones, como el tratamiento de cáncer de la madre.

  • Los medicamentos alternativos pueden estar disponibles como seguros durante la lactancia materna. La madre puede decidir si prefería no tomar la medicación.
  • Si un medicamento está disponible en una formulación para niños, es probable que sea seguro para ser tomado por una mujer en lactancia.
  • Muchas drogas no están aprobadas para su uso durante la lactancia. Esto significa por razones éticas que los fabricantes no tienen investigación llevada a cabo para confirmar la seguridad. Los datos pueden estar disponibles en la cantidad que pasa a la leche materna. Sin embargo, la persona que recomienda el fármaco, por ejemplo, el doctor de cabecera tiene que tomar la responsabilidad de la prescripción, y asegurarse de que no haya ningún efecto adverso en el bebé.